Cada año por lo menos un 48% de las cosechas en el mundo se salvan de ataques de plagas, malezas y enfermedades, gracias al empleo de productos fitosanitarios o plaguicidas. EL RESULTADO: Mayor productividad agrícola y una provisión de alimentos sanos y abundantes.
Este hecho no sería posible sin la investigación científica y la búsqueda constante de innovaciones al servicio de la agricultura. Sin embargo, la innovación no es posible sin la adecuada protección de los derechos de propiedad intelectual.