PASTURAS Y CULTIVOS EN ROTACIÓN

Una visión con datos

Durante mucho tiempo se debatió la conveniencia o no del uso de rotaciones pasturas/cultivos comunes.  Los tiempos fueron cambiando, y también fue dinámica la incorporación de distintos métodos de labranza, variedades, controles de malezas, etc., etc. Cambios que no modificaron el paradigma que persiste y que no siempre lo recordamos: la conveniencia de utilizar planes de rotaciones en las empresas agropecuarias.

Dos tercios del territorio nacional tienen vocación pastoril. Son aproximada-mente 200 millones de hectáreas que rodean la Región Pampeana o constituyen subregiones y pasturas cultivadas en la misma… Sobre ellas pastan unos 50 millones de bovinos, 10 millones de ovinos, 4 millones de caprinos y 2 millones de equinos, herbívoros que transforman, en productos anima-les de valor económico, una parte de los 300 millones de toneladas de biomasa herbácea que producen anualmente los ambientes pastoriles. (Modelos, Prácticas y Procedimientos Pastoriles, V. Alejandro Derigibus)

El avance de la agricultura continua en las últimas décadas trajo como consecuencia el reemplazo de estepas graminosas, la producción de cerea-les y oleaginosos, quedando en amplias regiones donde es restringida la implantación de cultivos, por razones climáticas (semi-aridez o posibles inundaciones, variabilidad de las precipitaciones) o económicas (distancia a mercados). Además del uso específico de la tierra, hay que tener en cuenta la tenencia de la misma, propiedad, arrendamiento o contratos limitados en el tiempo para su explotación que no siempre se condicen con una mirada a futuro y sostenida de la actividad agropecuaria y su explotación.

Este cambio de la utilización de la tierra (con modificaciones en su estructura y fertilidad) también afectó la ocupación territorial, el detrimento  de personal calificado, la pérdida de cultura pastoril y la merma de instalaciones necesarias para la producción ganadera, influyó sobre la biodiversidad del ambiente e interactuó negativamente en otros servicios ecosistémicos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             

Puede estimarse que la actividad pastoril-ganadera en nuestro país justifica un 5% del PBI nacional y 8% del valor exportado con un importan-te efecto multiplicador… Así como los forrajes deben ser consumidos para que se genere riqueza, los ambientes pastoriles requieren ser disturbados para mantener su lozanía. (Deregibus, op. Cit.)

Para poder sostener las ventajas de un sistema mixto agricultura-ganadería que sea ambiental, social y económicamente productivo es preciso contar con datos y mucho mejor que sean secuenciales con muchos años de trabajo; algo no muy fácil de hallar.

Por ello cobra siempre vigencia el ensayo creativo y añejo que está en nuestra vecina costa uruguaya: en INIA La Estanzuela. ¡Este ensayo que comenzó hace 65 años! Es de lejos el más antiguo hallado en todo Latinoamérica.

Un sencillo diseño en bloques con diferentes secuencias de cultivos continuos a cultivos rotados con pasturas da cuenta de muchas conclusiones que a lo largo de los tiempos mantienen su vigencia y nos permiten una variada gama de conclusiones.

Para no ahondar en los detalles del práctico diseño que está a la vista de cualquier visitante, nos concentraremos en algunas conclusiones que pueden extrapolarse sin problemas a nuestros sistemas de producción.

Para comenzar citaremos la captación de carbono orgánico en el suelo como un enorme logro en planteos con rotaciones: a lo largo de los años el C orgánico duplicó de 1% al 2% y en cambio en planteos muy defensivos y tradicionales de cultivos sin rotar, bajó del 2% al 1%, es decir, se desplomó a la mitad. Esto se explica desde ya por la persistencia y aporte de las raíces de las pasturas sumando al aporte de su parte aérea al descomponerse.

La lixiviación de nitratos es mucho mayor en planteos sin pasturas ya que las raíces de los cultivos comunes sobre todo los de cosecha fina no penetran a las mismas profundidades que el trébol rojo por ej. y mucho menos si fuera alfalfa. Esto también es medido todos los años con sondas a 60 cm de profundidad que permiten inferir la mínima lixiviación de nitrato (N03) en dichos planteos con praderas. Y por el contrario una gran pérdida en agricultura continua.

También se pierde mucho más óxido nitroso (NO) en forma de gas si el suelo está desnudo durante una parte del año; ello se traduce en mayores emisiones de gases de efecto invernadero.

A las mencionadas mayores pérdidas de elementos esenciales como el C y el N, hay que agregar la mayor estabilidad de los agregados del suelo, la mayor captación de agua y la menor erosión con el uso alternado de pasturas.

La mención a este ensayo y el que lleva adelante el INTA desde hace 50 años en 30 unidades experimentales distribuidas en todo el país, sólo tiene como objetivo alertar al lector sobre las ventajas, que parecen obvias, de la conservación de nuestros recursos naturales aplicando tecnologías de bajo

costo y alto impacto. El problema es que en ocasiones lo que es obvio, a veces no lo tenemos en cuenta con la precisión que deberíamos.

No se trata de reemplazar un sistema por otro ya que influyen siempre los factores externos, los económicos, y algunos más.

Se trata de entender que los recursos naturales no son infinitos y si no los cuidamos como merecen, las próximas generaciones y el planeta todo sufrirán las consecuencias. Para que ello no suceda es siempre muy interesante recurrir a quienes ya han demostrado con fehaciente detalle las ven-tajas de los sistemas mixtos en contraposición a los sistemas de agricultura continua, expoliadora y de característica minera.

Los pastizales del bioma Pampa Sudamericano sostienen una gran parte de la ganadería y biodiversidad de Argentina, Brasil y Uruguay. Sin embargo, desde hace años, la expansión de la agricultura los está reemplazando. Por ello, investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y de otras instituciones  (Brasil, Uruguay) crearon MapBiomas Pampa Trinacional, una iniciativa que determinó la superficie perdida de pastizales en base a imágenes satelitales.

El conocido especialista brasileño Pablo Carvalho expondrá en el próximo Congreso de AAPRESID los ejes más importantes a tener en cuenta en pro-gramas de sustentabilidad sobre todo basados en la integración agricultura y ganadería. Ambas actividades parecieron siempre antagónicas; veremos el 8 de agosto próximo como es posible y necesario buscar en cada una de las empresas, como poder armar una adecuada cadena de rotaciones con el fin de mantener la sustentabilidad de los sistemas, para propio beneficio en el tiempo y para el de las futuras generaciones.

Eso sí, siempre que las hipótesis estén sostenidas por datos cuantificables, extrapolables y verificables.


CABA, 05/07/2024

www.cadia.com.ar
cadia2014@gmail.com

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