Lo ocurrido en las ciudades de Buenos Aires y en La Plata entre otros lugares, demostró que nada ni nadie está exento. El cambio climático es una realidad, por lo tanto los bienes y las inversiones rurales y urbanas no deben quedar a la buena de Dios. Hasta las mismas empresas de seguros han sido sorprendidas por la magnitud de los mismos y tienen que replantear sus coberturas….
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