En el área de investigaciones respectivas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Balcarce (Buenos Aires, Argentina) señalaron finalmente que el sabor semejante a porcino, de la carne producida en encierro, para ellos tiene su razón aparentemente en la deposición de grasas o triglicéridos de iguales características debida a la alimentación semejante. De hecho es así, alimentamos a los novillos como si fueran cerdos….
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