De la horticultura intensiva a los campos de alto valor: cómo el mulching biodegradable puede transformar el cuidado del suelo y abrir nuevas oportunidades para una agricultura más sostenible.
En gran parte de América Latina, los agricultores están acostumbrados a ver los suelos protegidos por los rastrojos de cultivos anteriores, gracias a la práctica de la siembra directa. Esta técnica, extendida en cultivos extensivos como soja, trigo y maíz, ofrece una cobertura natural que protege el suelo, conserva la humedad y reduce la erosión.
Sin embargo, en otros tipos de producción, como la horticultura intensiva y los cultivos de alto valor, las condiciones son diferentes. Allí, el suelo suele quedar expuesto, lo que obliga a implementar soluciones adicionales para optimizar la productividad y proteger el ambiente de cultivo. Una de las técnicas más extendidas a nivel global para estos casos es el mulching, una práctica qué en nuestra región, fuera del ámbito hortícola, aún resulta poco conocida.