Muchas situaciones se resuelven con mayor eficacia y eficiencia con las nuevas tecnologías, pero otras entran en sistemas cerrados que, en varios casos, terminan agotando la paciencia del usuario.
Imaginemos por un instante (aunque a muchos nos ha pasado) que abonamos de más, o erróneamente un importe a un organismo público o privado, puede ser un banco o un ente recaudador, entre otros. Si queremos la devolución, nos harán pasar por varios trámites, ahora virtuales, y esperar las decisiones de