Y Julio César contestó: “La mujer del César no solo debe ser honrada, sino además parecerlo” (así para todo el entorno). Desde entonces, parafraseando a Julio César, cuando una persona cae bajo la duda de haber cometido un acto sospechoso, aun cuando no esté comprobado lo doloso del mismo, se dice “no solo hay que ser sino parecer”. El ser es la característica esencial de cada individuo, su autenticidad, cómo es realmente. Parecer es superficialidad, formalidad vacía, es querer ser o llegar ser lo que no se es.
Dos preguntas clave: ¿se necesita una ley de ficha limpia? ¿Por qué los legisladores actuales van a votar una ley de “ficha limpia” si son parte de los privilegios que obtienen a través del actual sistema de elección y representación?
La discusión está instalada en los medios y la sociedad. ¿Cuánto interesa? ¿A quién importa? La falta de quórum para su tratamiento es prueba elocuente de la falta de idoneidad de muchos políticos en la Argentina. La ley de ficha limpia por sí sola no resuelve nada. Es una más de una suma de reglamentaciones que tiene nula o casi poca efectividad (“El que perdona al lobo sacrifica a las ovejas”). El cambio es cultural. No dejar sin castigo a quien hace daño. Una reglamentación puede usarse igualmente en uno u otro sentido. Puede habilitar y puede negar la participación con igual o diferentes argumentos.
“Ficha sucia” es la corrupción sistematizada y organizada en pos de un objetivo: hacerse del poder y la caja de todos los argentinos. Crear una clase por encima del resto de la sociedad. También hay “ficha embarrada”, que es cuando la ley deja abierta las puertas para que con vericuetos formales o legales se pueda eludirla o disimularla en su aplicación.
En un sistema democrático, son los partidos políticos los que deberían habilitar la ficha limpia. Una sola manzana puede pudrir todo el contenido de un cajón („dime con quién andas y te diré lo que eres‟). La responsabilidad es de los ciudadanos que tienen el poder soberano del voto. Si no se votase listas que promueven corruptos, sean que la encabecen o figuren ocultos en la nómina. Si los partidos políticos a través de sus tribunales de ética ejercieran su función selectiva. Si la cultura se derramara en toda la sociedad manifestando su efecto. Si la justicia actuara en tiempo y forma aplicando la ley ¿sería necesaria una ley de ficha limpia? ESSE QUAM VIDERI.
CABA, 07/12/2024 – https://www.cadia.com.ar/ – cadia2014@gmail.com

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