Julieta Forissi era maestra jardinera cuando la vida le dio un giro inesperado. Tuvo que hacerse cargo de sus dos pequeños hijos y de un incipiente negocio que había comenzado su difunto esposo, el ingeniero agrónomo Roberto Ramond.
El emprendimiento en cuestión es La Reina Nuez Pecán, un pujante negocio familiar que se ha propuesto agregarle valor al fruto de la nuez pecán, creando una variedad de productos que van desde deliciosos alimentos hasta cosméticos. Como todo en la vida puede ser circular, los Ramond aprovechan la cáscara del fruto para elaborar alimento balanceado, que luego usan en el engorde de su ganado.
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