De la mano del INTA, un pequeño campo piloto adoptó pasturas perennes, manejo del pastoreo midiendo el stock cada 15 días, nutrición según el estado de la vaca y servicio estacionado. “En siete años cuadriplicó la producción de carne, logra 96% preñez y vende teneros al destete con 250 kg. Todo con la billetera del productor”, afirma el extensionista Ignacio Besteiro, de Lobería.
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