Con las elecciones del 2023 el país cambió políticamente. Partidos y coaliciones tradicionales fueron derrotadas por la ciudadanía que entendió que había que poner fin a un proceso institucional que no supo, no pudo o no quiso producir cambios en la Argentina para empezar un nuevo camino de crecimiento y desarrollo con beneficio para la sociedad toda.
El resultado entre otros motivos puede vincularse con un hartazgo a la decadencia, a la prepotencia, al abuso del poder, al corte de calles e ingresos, a la marcha y a la contramarcha, al ágora, a la falta de rumbo, a la decadencia colectiva, a la lucha de clases sin sentido, a la generalización de la pobreza, a la burda manifestación de riqueza, a la usurpación del poder, al abuso de la protección populista, al vivir por encima de lo que se tiene, a la falta de educación, al creer que una persona o un grupo iluminado nos salvará, a no reconocer los errores, a no querer cambiar, a no querer trabajar, a no querer competir, a la medida salvadora, a la ilusión de que somos lo que no somos. Por décadas, con la declinación incorporada en nuestra psiquis, hicimos de lo vulgar lo normal, sin esfuerzo para mejorar, sin visión más allá del presente con su cortoplacismo. Ver sin mirar que los hijos emigren y que se dilapiden constantemente los recursos que son de todos.
Todos somos igualmente culpables y una o dos generaciones de argentinos desperdiciaron tiempo, talento y recursos para debilitar a toda la sociedad………..
Ver Artículo Completo