En la actualidad, resulta innegable el impacto beneficioso de la inoculación de leguminosas con bacterias fijadoras de nitrógeno. Esta práctica ha demostrado un aumento notable en la disponibilidad de nitrógeno gracias a la colaboración de bacterias asociadas al cultivo, generalmente pertenecientes a un único género de microorganismos. Pero ¿qué sucedería si ampliáramos esta colaboración microbiana a más de un género?
Ver Artículo Completo Visitas: 0