“Tenemos las condiciones de robustez y consistencia para continuar con la política cambiaria en el marco de una visión integral que busca atacar todos los objetivos de políticas macroeconómicas, incluyendo el de la inflación”, sostuvo, con altivez, el ministro de Economía, Martín Guzmán, que se siente más poderoso en los últimos días. Negó cualquier ajuste de shock y alguna potencial devaluación. Y la verdad, es que uno tiene ganas de creerle, ¿no? Sin embargo, sin ningún tipo de argumento machirulo, muy en boga en estos días, pensamos que la cuestión no es tan sencilla. O sea, la sarasa termina cuando la realidad te pega un cachetazo. Como pasa con los jubilados, por citar un caso.
Ver Artículo CompletoEl escenario preelectoral de Martín Guzmán
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