Abril 2021. Hay motivos para asombrarnos. De qué nos asombramos. Cuando el presente solo se refleja en el pasado el futuro no llega. No existe. Repetimos y aplicamos las mismas recetas que demostraron su fracaso. Pero ahora SÍ los resultados esperados serán distintos ¿obsesión o ingenuidad? El tiempo parece no contar en una sociedad viciada de expectativas y vívida de frustraciones permanentes.
Un “déjà vu” (ya visto) se presenta como una peculiar repetición. No solo parece que se está repitiendo una vivencia que ha sucedido antes, sino que realmente pasó y vuelve a la realidad repitiéndose. Siempre paliativos y casi nunca soluciones verdaderas. Esto se da en casi todos los órdenes con implicancias en lo familiar, social, económico y político. El país en décadas se ha convertido en una película ya vista con un final previsible. Como dice la canción con ese título de Prince Royce ft. Shakira: Ay ay ay ay ay ay ay / Ay ay ay ay ay ay ay / Tú me abriste las heridas que ya daba por curadas / Con limón, tequila y sal / Una historia repetida / Solamente un déjà vu que
nunca llega a su final…
DÉJÀ VU ¿Quo vadis?
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