Como por arte de magia, el cielo comenzó a despejarse. De los nubarrones de alguna tormenta financiera, se llega a un equilibrio macroeconómico, algo inestable, pero equilibrio al fin. Se impuso la lógica política por encima de la economía, como suele suceder en la Argentina los años impares.
Ver Artículo Completo Visitas: 0